El Dalai Lama , la encarnación de Buda en la tierra según la tradición tibetana, ya no podrá reencarnarse por orden del Gobierno comunista chino. La noticia la dio a conocer la corresponsal en Beiying del diario británico The Times , que señala que la prohibición incluye nuevas reglas de China para remarcar su autoridad sobre el país himalayo, al que ocupa militarmente desde fines de los años 50.
El "llamado Buda viviente reencarnado es ilegal e inválido sin la aprobación gubernamental", afirma la singular directiva china, que entrará en efecto el 1 de septiembre.
Limitar su influencia
El texto, formulado por la Administración Estatal para Asuntos Religiosos, busca limitar la enorme influencia del Dalai Lama, y, sobre todo, bloquear su sucesión en el futuro.
El actual Dalai Lama tiene 72 años y huyó de China en 1959, tras el fracaso de las protestas tibetanas contra la ocupación militar del Tíbet por parte del Ejército chino, iniciada en 1951. Desde entonces ha vivido a los pies del Himalaya en Dharamsala, India, el asiento del Gobierno Tibetano en el exilio.
El Gobierno chino no permite al líder religioso tibetano su retorno al Tíbet, alegando que su objetivo político es separar esa región de China.
La nueva prohibición alcanza no sólo al Dalai sino a todos los "lamas", o sabios reencarnados, llamados "tulkus". Bastante numerosos en Tíbet, a menudo lideran comunidades religiosas y supervisan la formación de los monjes. Esto les da una enorme influencia en la vida religiosa de la región de los Himalayas. La segunda figura clave en este sistema es el llamado Panchén Lama, el encargado de reconocer al Dalai Lama reencarnado en un niño
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