lunes, 9 de abril de 2007

La muerte de capitan america.


A pesar de vivir en los Estados Unidos, el ajetreo que me ha consumido en los últimos días me dejó al margen de las noticias. Estuve estudiando, haciendo diligencias estrechamente relacionadas con mi futuro laboral y reexaminando mis opciones. No imaginé entonces la magnitud del crimen que se había consumado. El Capitán América había sido asesinado y yo no lo sabía. Después de 66 años de enfrentar a los enemigos de la libertad, oculto bajo los colores de la bandera, cayó fulminado por los disparos de un francotirador cuando bajaba las escalinatas de una Corte Federal. A su lado, mientras su cuerpo aún daba signos de vida, yacían carteles difamatorios en los que algunas personas, a las afueras de la Corte, le acusaban de traidor. Lo paradójico del asunto es que Steve Rogers, verdadera identidad del Capitán América, logró escapar a las balas de los nazis y los comunistas más rabiosos, para caer fulminado por el odio de sus coterráneos, por un sector de la sociedad que le repudió tras haberse opuesto a las medidas anti-democráticas de un gobierno que, en nombre de la lucha contra el terror, invadió la privacidad de los ciudadanos y pisoteó los derechos constitucionales.

El Capitán América lideraba una organización de super-héroes adversos a una nueva ley impulsada por el gobierno, la Superhuman Registration Act, que estableció la obligatoriedad para todos los super-héroes de suministrar todos sus datos personales, incluyendo su identidad, al Gobierno Federal y someterse a su autoridad para ser entrenados y dirigidos. Los otrora campeones de la justicia se dividieron: un grupo apoyó el Acta y se subordinó a las autoridades y otro, Secret Avengers, fundado por Capitán América, se enfrentó a ella. Las diferencias llevaron a los dos bandos a una cruenta y violenta guerra, hasta que, ante la destrucción ocasionada y la pérdida de vidas civiles, el Capitán América decide someterse y renuncia a la lucha. El Presidente otorga la amnistía a todos, excepto a Steve Rogers que debe comparecer ante los tribunales por haber incitado a desobedecer el Acta de Registro de Superhumanos. Fue así como, ante los gritos de opositores y partidarios, a las puertas del tribunal, un francotirador acabó con la vida del héroe. Hay quien dice que su cuerpo ha sido sometido a un tratamiento especial en espera de poder revivirle, hay quienes sostienen que otro héroe vestirá su uniforme y levantará sus banderas; otros, sin embargo creen que se ha ido definitivamente. Spiderman estaba entre los suyos. Iron Man, su viejo amigo, terminó siendo uno de sus más aguerridos rivales y sostén del acta gubernamental.
Cuando escribía esta breve crónica de los sucesos, mi esposa me llamó la atención y me preguntó “¿Cómo dices que se llama el Acta? ¿Acta de Registro de Superhumanos? ¿No te habrás confundido? ¿No es el Acta Patriota?” No – le dije – esa es otra historia y cualquier parecido con la realidad ¿ficción? es pura coincidencia.


Enlaces:

Noticia de la muerte de C. América en 20 Minutos (España)

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