sábado, 13 de octubre de 2007

Porque los Orientales tienen los ojos rasgados

Esta distinción facial propia de los orientales obedece a una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz y los fuertes destellos –por ejemplo del hielo y de la arena del desierto- que pueden dañar estructuras tan delicadas como la retina. Es por ello que la abertura entre el párpado superior y el inferior se hace más estrecha. Popularmente se piensa que el ojo achinado o mongólico, como es conocido, se debe a que el globo ocular posee forma de almendra, algo que es totalmente falso. La fisonomía del ojo mongoloide viene en realidad determinada, además de por la estructura ósea facial, por lo que los antropólogos llaman la brida mongoloide y el repliegue palpebral superior. Este último, que se monta e el párpado superior, está constituido en su parte interna por una bolsita de grasa que hace que el párpado aparezca hinchado y las pestañas más cortas, aunque la longitud de éstas es idéntica a la de las otras razas. La brida mongoloide acentúa aún más la anatomía rasgada del ojo. Se trata de una doblez cutánea que prolonga hacia dentro el repliegue palpebral para cubrir la carúncula lacrimal –pequeña prominencia en el lado interior del ojo-, y desaparece confundiéndose con la piel del rostro.

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