martes, 22 de mayo de 2007

Kecksburg, 40 años de silencio


Kecksburg, 40 años de silencio
Hace algo más de cuatro décadas se produjo uno de los casos OVNI más fascinantes de todos los tiempos. Aconteció en el bosque de Kecksburg (Pensilvania, EEUU). Existen fundadas sospechas de que el ejército recuperó el artefacto. Ahora, un equipo de estudiosos ha llevado al Gobierno ante los tribunales para obligar a la Casa Blanca a contar la verdad. Estos son los datos...

En el año 2005 se cumplieron cuarenta años de uno de los episodios OVNI más intrigantes de entre todos los acaecidos en Estados Unidos. Y pese a que el suceso de Kecksburg –Pensilvania– ocurrió en 1965, los enigmas relativos a este episodio siguen sin resolverse. Sobre todo, como consecuencia del obstinado silencio de las agencias gubernamentales.

Todos los testimonios indican que algo muy raro ocurrió el 9 de diciembre de 1965, cuando un objeto de procedencia desconocida aterrizó bruscamente cerca del pueblecito de Kecksburg, después de la observación por parte de numerosos testigos de una bola de fuego que atrevesó el cielo de varios Estados americanos y Canadá. Algunos habitantes de Pensilvania vieron cómo el objeto se movía lentamente en el cielo; otros observaron humo y luces brillantes de color blanco azulado que formaban un arco eléctrico en el bosque antes de producirse la colisión. Decenas de personas –bomberos, periodistas y el director de un noticiario de radio– describieron la presencia militar y policial en el lugar del impacto y el consiguiente acordonamiento de la zona. Algunos observadores aportaron descripciones detalladas de un objeto en el suelo y posteriormente otros vieron cómo era transportado en un camión con plataforma.

En 2002, amparándose en la Ley de Libertad de Información, el canal de televisión norteamericano Sci-fi invirtió una importante cantidad de dinero para financiar una nueva investigación que forzara al Gobierno a desclasificar sus archivos. Como periodista independiente, me pidieron que la encabezara en colaboración con un prestigioso gabinete jurídico de Washington. Así nació la “Coalición para la Libertad de Información” –CFI–. John Modesta, antiguo jefe de personal del ex presidente Bill Clinton, apoyó públicamente la iniciativa: “Creo que es hora de abrir los libros sobre cuestiones que han permanecido en la oscuridad en relación a las investigaciones gubernamentales sobre OVNIs”.

Documentales "in situ"
“Objeto no identificado cae cerca de Kecksburg. El ejército acordona la zona”. Así rezaba el titular, en primera página, del Greensburg Tribune-Review la mañana posterior a la caída del objeto. “La zona donde ha aterrizado fue acordonada inmediatamente por oficiales de la policía y el ejército para proceder a su inspección”. También se personaron en el lugar ingenieros y científicos del ejército americano: “La excitación causada por el aparente aterrizaje produjo un atasco de tráfico a medida que iban llegando al lugar cientos de personas procedentes de zonas limítrofes”.

El reportero Robert Gatty, del Tribune-Review, entrevistó a un muchacho de ocho años que vio al objeto cuando caía en el bosque y a su madre, la señora Arnold Kalp, que avistó una columna de humo azul y alertó a las autoridades. En la noticia que él mismo publicó el día 10 de diciembre se podía leer lo siguiente: “Objeto no identificado desencadena una investigación cerca de Kecksburg”. Pero no pudo decir mucho más; y es que según explicaba en su reportaje, el ejército había dado la orden de negarle el acceso al lugar del impacto.

Cuandos los medios informativos comenzaron a hacerse eco de las novedades sobre el caso, la fuerza aérea se vio obligada a ofrecer las primeras explicaciones. Así, las autoridades atribuyeron los incidentes a “un meteoro de meteoros” y añadieron que “no se habían encontrado muestras de residuos espaciales, ni de naves ni de misiles”. Pero Gatty sigue convencido de que algo “descendió” en el bosque: “El ejército parece estar protegiendo algo. Cuarenta años después, ¿qué sentido tiene seguir manteniendo todo en secreto?”.

Alertado por la llamadas de muchos oyentes, el periodista John Murphy, director del noticiario de la emisora local de radio WHJB, se personó en el lugar antes de que llegaran las autoridades. Su esposa Bonnie Mislagle –fallecida en 1969– y la directora de WHJB, Mabel Mazza, informaron después que Murphy había fotografiado el objeto. “Estaba muy oscuro y había muchos árboles alrededor. Pero vi la imagen de una especie de cono. Nunca había visto nada igual y tampoco he vuelto a verlo”, señaló Mazza. Murphy realizó un documental radiofónico que incluía muchas de las entrevistas que hizo aquella noche, pero un día recibió una visita inesperada de unos agentes vestidos de paisano. Linda Foschia, empleada de WHJB, recuerda que algunas de las cintas de Murphy fueron confiscadas y que nadie sabe qué pasó con las fotografías, aunque resulta sospechoso que al final tuviera que emitir una versión censurada de su documental.

“La torre de control del aeropuerto de Greater Pittsburg confirmó el hecho de que hubo un objeto en el cielo a esa hora: a las 04.47 horas”, llegó a señalar el periodista, que también informó que un oficial de policía se acercó a él aquella madrugada diciéndole “tenemos algo ahí”, tan sólo unos momentos antes de que se informara al público, oficialmente, de que no se había encontrado nada: “Es azul y emite destellos y hay una luz dentro”, dijo, añadiendo que los militares querían ir a verlo.

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