Horas después, un loco fanático llega a su hogar y, movido por la brutalidad de la música, comete una atrocidad que le cambia la vida.
Así se resume la oscuridad que nace de un género que muchos conocen como rock satánico y que comenzó a tomar fuerza en 1969, en California, cuando un 6 de diciembre el afroamericano Meredith Hunter muere apuñalado por los Hells Angels, durante el concierto de los Rolling Stone.
A partir de ese momento, muchas bandas nacerían exhortando al suicidio, al sexo con animales, a prácticas homosexuales y a matar. Otros serían un show publicitario, con una imagen demoniaca un poco infantil, como Iron Maiden y Kiss.
Estas generaciones musicales se convierten en el reflejo de un movimiento que comenzó a surgir en los 50. En esa época, Canadá se vuelve el centro de atención cuando un pastor exorciza a una joven que decía: “Soy un príncipe. Venimos todos a poseer una raza, la juventud de América”.
Después de ese maleficio, 18 casos de suicidios se descubren en ese mismo país. Adolescentes entre 15 y 21 años acabaron con su vida inspirados —según informes de ese momento— por el rock’n roll.
A pesar del rechazo por la palabra y las tonadas que de éste salían, Elvis Presley lo coloco en 1955 en la cima. Años después The Beatles sacarían un disco inspirado en los síntomas de la droga del momento, LSD, Yellow Submarine; mientras que los Stones se vuelven más populares con la canción Silver Lady, donde aludían a la jeringa utilizada para meterse heroína en el cuerpo.
Sin tantos tabúes
El rock satánico lo promueve el cuarteto de Liverpool al sacar Devil’s White Album, donde por primera vez se utilizan mensajes subliminales.
Los Beatles desencadenan una moda. Los ritos relacionados a la copulación, encantamientos y conjuros del África, como el vudú, son llevados al rock, y el mejor ejemplo es Sympathy for the Devil, de los Stone.
Con la misma fuerza que los seguidores de la música satánica crecían, surgían sus detractores. El pastor Gary Greenwald, ex artista rock, revela mensajes ocultos en las canciones.
En la Asamblea Legislativa de California se reciben quejas sobre la grabación al revés en ciertos discos, y con eso se descubre que muchos transmitían perversión sexual, incitación al suicidio y al homicidio.
Las víctimas
En 1992, en Atlanta, la organización británica Childwatch informa que se reclutan niños con el uso de esa música. Se concluye que el rock metálico prepara a los menores para el satanismo y éstos pierden el control de sus acciones.
Así, un niño aterró a la corte de Londres cuando confesó que había sido violado por ocho hombres que llevaban trajes satánicos.
Mientras que Natasha, de 14 años, incitada por su abuela, aceptó que un médico le sacara a su bebé y, luego, que el grupo que observaba aquella barbaridad se lo comieran vivo. Los ocho hijos que antecedieron a éste tuvieron el mismo fin.
Era la asociación de brujas Devilfish. Esos rituales se hacen acompañados por rock satánico.
Un siquiatra en Estados Unidos reveló a Childwatch que anualmente nacen unos 50.000 bebés para sacrificios.
La policía ha descubierto que cortan a los niños en pedacitos. La grasa de ellos la usan para hacer velas. Los huesos se muelen y se los bebe el sacerdote como afrodisíaco (práctica hecha por los romanos).
En 2005, Scotland Yard reveló sacrificios de niños africanos en rituales satánicos. Hay organizaciones de reclutamiento en las escuelas, como Topy, que inicia y atrae a adolescentes y les enseña a crear motines, violencia y fabricar bombas.
Los policías de San Francisco han resaltado que “hay que desprogramarlos (a los niños), porque se les ha lavado el cerebro, han reducido su sensibilidad, se les ha drogado y se les ha programado el subconsciente”.
En enero de este año, en Italia, miembros de la banda Las Bestias de Satán son arrestados por tres asesinatos de tipo ritual. La primera víctima (1998) fue una joven de 19 años. Los músicos vieron en ella la reencarnación de la virgen María y la mataron salvajemente.
El satanismo moderno posee tres grandes bastiones: Edward Alexander Crowley (1875), fundador de la Nueva Era, difundió los textos satánicos y se nombró La gran Bestia 666.
El segundo es Alexander La Vey, quien escribió la Biblia Satánica mientras vivía en el Hotel California, lugar inmortalizado por la canción de los Eagles. Y Charles Manson, asesino en serie más famoso de Estados Unidos, ex miembro de Cienciología y fundador de una secta satánica llamada La Familia, que asesinó a la actriz Sharon Tate y a su bebé. Manson dijo ser el anticristo.
Charles Manson creció obsesionado con la muerte y la canción Healter Skalter, de los Beatles.
Datos demoníacos
Nephilim es el nombre de los verdaderos ángeles del infierno.
La canción Mein Tail, de Rammstein, avala el canibalismo.
Jim Morrison, en su canción The End, narra la historia de un joven que mata a su padre y viola a su madre.
Stairway to Heaven, de Led Zeppelin, es la mejor canción en la historia. Posee mensajes subliminales.
El pentagrama encerrado en un círculo es el sello del grupo Rush.
Portar signos satánicos es despreciar el cuidado de Dios. Muchos jóvenes los usan por ignorancia.
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