"Sobrecogedoramente normal, pero capaz de las crueldades más extraordinarias". |
Laura Richards, jefa del comando de Scotland Yard a cargo de los crímenes violentos, quien ha investigado casos de asesinato en serie, se encarga de examinar nuevamente el enigma de Jack el Destripador por medio de la tecnología más moderna.
Richards creó un equipo de especialistas que incluye patólogos, historiadores y expertos en elaboración de perfiles criminales.
La labor de estos profesionales permitió crear lo que se considera como el retrato más exacto en términos físicos, geográficos y psicológicos del asesino londinense a quien se atribuye la muerte y mutilación de cinco prostitutas.
Apariencia de normalidad
Los detalles del trabajo del este equipo se difundirán en un documental que un canal de la televisión británica difundirá este martes.
De haberse contado entonces con las técnicas de que disponemos hoy, el asesino no habría podido escapar de la justicia Laura Richards, Scotland Yard |
Según Richards, el asesino tenía entre 25 y 35 años de edad, bigote negro, cejas espesas y cara angulosa.
En palabras de Richards, el hombre daba la apariencia de ser "perfectamente cuerdo, sobrecogedoramente normal y sin embargo, capaz de las crueldades más extraordinarias".
Del nuevo estudio se desprende que quizás por la apariencia de normalidad de su figura, el asesino logró despistar a los detectives que se dedicaron a buscar a una persona con el perfil equivocado.
Contrariamente a lo que se cree, sí hubo testigos que aseguraran haberlo visto, dicen los expertos. |
"Muchos consideran que el asesino siempre desaparecía en la niebla de Londres, pero al contrario de lo que popularmente se cree, sí hubo testigos que aseguran haberlo visto", explicó el comisario policial John Grieve.
El programa televisivo intentará desmentir una serie de teorías calificadas por los expertos como erróneas.
Cuestionará algunas de las leyendas que se tejieron alrededor de su figura, como la que alega que pudo tratarse de alguien de clase alta o incluso de un cirujano.
La lista de posibles sospechosos ha incluido desde el escritor Lewis Carroll, el autor de "Alicia en el País de las Maravillas" hasta Sir John Williams, obstetra de la familia real británica, o el propio Príncipe Alberto, consorte de la reina Victoria.
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