En la isla de Baffin, situada en el norte de Canadá, suceden cosas extrañas desde 1999. Se producen olas de más de tres metros de altura, hay objetos sin identificar navegando bajo el agua y, lo que es más significativo, la fauna marina se ha trasladado a otros lugares.
Los habitantes de Baffin pidieron ayuda a su gobierno, quien envió a la zona a la Armada Canadiense de la Zona Norte. Los militares pudieron observar con sus propios ojos la formación de gigantescas turbulencias submarinas que provocaban olas de enorme envergadura, pero no lograron dar con la causa que las originaba. Finalmente, y tras desechar hipótesis como que las olas se debían a corrientes marinas o a vientos huracanados, los responsables militares destinados a esta zona ártica de Canadá han solicitado la puesta en funcionamiento de un sonar y un satélite con infrarrojos con el fin de averiguar si hay submarinos “invisibles” en las cercanías de la isla. De momento, los mandos de la Armada han declarado que los extraños fenómenos tienen que deberse, por fuerza, a la existencia de alguna especie de objeto mecánico que se mueve bajo las aguas.
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